martes, 9 de abril de 2013

El falso Ideal y el Pueperio REAL: Relato de una Puerpera Amamantadora

Esa nota salió hace un tiempo, habla sobre la  presión social de estar "flacas" inmediatamente luego del  parto, VER NOTA. Mostrando mujeres ultra delgadas que salen de la clínica, como si no hubieses parido. Esto hace que se vea a la maternidad como "perfecta". Algo  imposibles para las mujeres "reales" y así establecen un IDEL altísimo, irreal....Una exigencia terrible, que no tiene sentido. Pero las mujeres que conozco, son  MUJERES PUERPERAS REALES, con cuerpos reales que han Parido, han dado a luz, que Amamantan, que nutren, que están disponibles para el bebé.
Un cuerpo que jamás será "el mismo" o el de antes del embarazo...simplemente porque un SER se ha gestado y crecido en nuestro vientre, y luego de eso...ya no somos las mismas.
Además hay una manera muy fisiológica y natural de bajar de peso. AMAMANTAR :)
Les dejo un Hermoso Relato de una Mujer y Madre Real, escrito en pleno PUERPERIO y acompañado de una foto que refleja  una MATERNIDAD REAL, de esas que no salen en las revistas...
Gracias Merlene!! Mujer, Mamá de Matilda y Doula
Matilda toma la teta
 

A veces me mira pícara, otras me sonríe, otras mama entre sollozos. En ocasiones la muerde, la estira, la agarra y la aprieta. A veces la acaricia, en un contacto íntimo, entre ellas dos.
Matilda y la teta son una, no se reconocen como algo separado, se sincronizan.
Matilda toma la teta y mi cuerpo se vuelve líquido, se derrama, se inunda.

A veces, cuando el mundo exterior no logra invadirnos, nos sumergimos en un universo sin tiempo, en cámara lenta, una dimensión burbujeante y en penumbras, que me lleva al momento del parto. Son momentos irracionales, puro instinto, pura animalidad, y agradezco ser mujer y poder experimentar esa sensación de desconectar 100% de la cabeza, y me pregunto si no estoy habitando el corazón mismo de la femeneidad, de la vida, de la Tierra que, como yo, es mujer.
Matilda toma la teta y me siento poderosa, me siento vida y abundancia. Siento a la Pachamama encarnada en mí y me siento allí, por un instante, una Diosa. Que ironía que nuestra cultura asocie ese término a criterios de belleza tan alejados de mí en este momento...y sin embargo yo me siento una Diosa así, abundante, rellena, re llena - desbordante diría- de vida.
Matilda toma la teta cuando quiere, como quiere, donde quiere. No se preocupa de la mirada de los demás, de sus prejuicios, de la envidia que se esconde detrás de la desaprobación. Y la imprevisión se apodera de mi vida, y por primera vez debo soltar el control, el orden, y debo entregarme a la corriente de este río que a veces es suave y otras veces es furioso, y me deja revolcada en la orilla...Soltar, entrega...de nuevo me retrotraigo a la sensación del parto.
No es fácil, quién dijo que era fácil? Es natural. sí, pero no es fácil. A dar la teta se aprende, y si no estuviéramos tan inmersas en la urbanidad y la modernidad, aprenderíamos en comunidades de mujeres. Pero eso se ha perdido y sólo si tenemos suerte, tendremos al lado otra alma femenina que nos acompañe amorosa y respetuosamente...
En ocasiones dolió, dolió mucho, una mastitis se apoderó de mí y sentí que no podía soportarlo, y sentí que me descontrolaba y me volvía loca, me sentí como en una tormenta en el mar, azotada por el viento y las olas (porque se me aparecen todo el tiempo frente a los ojos imágenes de agua? Será que eso es lo que somos?) y entonces, a un paso de la locura, me entregué. De nuevo, como en el parto. Y fue mágico. Aquí no hay nada que controlar. Estoy a la merced de Matilda y de su teta y quién habría de decirlo...es maravilloso! ¡Es lo mejor que experimenté en mi vida!
Matilda toma la teta y recibe mis anticuerpos, y así su cuerpito se llena con la sabiduría que adquirió mi cuerpo, y ese es el primer aprendizaje que le transmito, sin necesidad de decir una palabra.
Matilda tomó la teta instantes después de haber salido de mi cuerpo, con sus ojitos aún cerrados, y con eso ayudó a mi útero a cerrarse, como si le dijera chau a su casita, como si saliera y cerrara la puerta con cuidado.
Matilda toma la teta y recibe también mis mimos, mi voz, el latido de mi corazón, el calor de mi piel, la intensidad de mi mirada que se posa sobre ella sin poder creer el milagro. A veces no toma ni una gota de leche, pero recibe todo esto igual.
Gracias, Matilda, por ayudarme a crear esta burbuja mágica que me llena de luz, que me hace sentir fuerte, hermosa, poderosa. Gracias por desplegar todo el potencial de mi cuerpo.
Gracias hija, por tomar la teta.

GRACIAS MARLENE & MATILDA !

2 comentarios:

La mujer que bota fuego dijo...

Entiendo perfecto por que me he sentido igual de diosa, de poderosa. Gracias Hijas por abrir nuestros caminos, gracias por tanto amor y tanta teta!!

Anónimo dijo...

Jeje, evidentemente por ahora sólo tiene una sola hija y por eso puede desconectar 100% su cabeza, cuando tenés más y son pequeños, tenés que andar corriendo mientras das de mamar o escuchar llantos del más pequeño por los celos. Igual, es lindísimo dar de mamar.
Besos!