viernes, 26 de noviembre de 2010

Maternidad: solo está permitido hablar de las cosas buenas..lo demás, No importa?

 Sexo y educación


Una mujer se queda embarazada. Hasta el momento en que deseó el embarazo o, simplemente, ocurrió, pocas cosas conocía sobre la maternidad. De hecho, es normal que la primera vez, las mujeres corramos al kiosco o entremos en internet deseando encontrar revistas, información, relatos que nos cuenten qué sentimos, cómo nos sentimos, qué nos va a pasar, quiénes son las otras mujeres embarazadas, dónde encuadramos... Los seres humanos, solemos requerir de otros seres humanos para establecernos en la identidad que somos. Nos necesitamos. Necesitamos mirarnos junto y frente a otras mujeres embarazadas o que han estado embarazadas. Así podemos construir nuestra propia historia y poner palabras a lo inefable. Sin embargo, la búsqueda es infructuosa.
Vemos revistas a color que dibujan una maternidad de colores pasteles y suavidad, llena de biberones, avisadores, cunas, pañales tecnológicos, papillas pre-cocinadas, ropa elegante, madres peinadas y maquilladas, camisones de raso, luz tenue entrando en una habitación limpia y ordenada, maridos solícitos y amorosos... Nuestra realidad poco tiene que ve con esta imagen estereotipada y limitada más propia de una serie de televisión que de la vida cotidiana. ¿Por qué, si se supone que son revistas dedicadas a un público tan definido y preciso, se alejan tanto de nosotras? ¿Por qué no nos cuentan la realidad tal y como es? ¿Por que en los medios de comunicación nunca se habla de estos temas? ¿Por qué las que han sido mamás antes hacen como que ellas no han pasado por la crisis puerperal? ¿Hay una conjura contra las mujeres? ¿Hay una finalidad en este silencio?
La verdad, no lo sé. No sé porque las mujeres llegamos a la maternidad sin información previa. Ni siquiera nuestras madres nos advierten de lo que ocurre. Ni siquiera las amigas íntimas nos hablan de sus problemas de pareja después de ser madre. Puedo imaginar que la revista, para vender, prefiere inventar un mundo de colores pasteles al que podamos aspirar durante los nueve meses de embarazo mientras corremos de centro comercial en centro comercial comprando cunas, cochecitos, avisadores, biberones y tetinas, toallitas, ropa, coches más grandes, casas más grandes, juguetes...
Puedo imaginar que a los medios de comunicación, les interese más la crisis de Palestina, los grandes juegos geoestratégicos propios del patriarcado, que la acción individual de dar vida, aunque sea el acto íntimo que compartimos todos. Y es que absolutamente toda la humanidad fuimos parida y, en algún momento de la vida, muchos también se reproducirán. No sé si os habéis dado cuenta pero el acercamiento de los medios de comunicación a este tema es o a través del sexo (programas de información sexual, que frivolizan hasta límites insospechados la sexualidad humana) o con programas de educación conductista, en los que niños supuestamente caprichosos y retorcidos intentan boicotear los esfuerzos de los padres por educarlos. En medio, la maternidad. Los primeros meses de la madre y el hijo, las crisis, los miedos, etc no son registrados, recogidos, mostrados.
Si un marciano llegara a este planeta y no supiera cómo nos reproducimos, observaría en televisión a gente practicando sexo (de forma más o menos creativa) y después a unos niños de cuatro años en adelante aparentemente malcriados y llenos de ira. Lo que se produce en medio, es un enigma. Un secreto que anida hasta en nuestra propia casa, en nuestra propia familia. No sé porque ocurre esto, pero creo que ha llegado la hora de que las mujeres expresemos nuestras experiencias de forma que puedan ser de utilidad y ayuda a las que vienen detrás. Creo que hablar de la crisis postparto, de cómo cambia la vida o de las modificaciones en la pareja, puede ayudar a que las madres se sientan más serenas en medio de la tempestad, a que sientan que no están solas, a poner palabras a las emociones. Mi sugerencia es que si estas embarazada o quieres estarlo, habla con una mamá cercana con la suficiente honestidad para contarte cuál fue su historia real. Mi sugerencia es que crees un círculo de mujeres. Un espacio para compartir con las pares y con las que ya han pasado por lo que tú estas pasando ahora. Entonces, quizá, podamos comenzar a comprender que lo que nos pasa, no sólo tiene que ver con una misma y su historia personal, que también, sino que es el testigo evidente de que se nos arrebató una parte de nuestra propia esencia. 

Una linda nota de Mónica "Grupo Maternal"

3 comentarios:

Ana dijo...

Que buen post y cuanta razón tienes.

A causa de la información que no dan los medios, llegamos a la maternidad infantilizadas, pensando que todo va a ser de color rosa.

Bajo mi puto de vista, lo que me encontré cuando me convertí en madre fué mucho mejor de lo que me contaban las revistas. Y fué mejor porque fué real e intenso, con sentimientos y emociones reales, con alegrias y con tristezas. Nada que ver con ese mundo de algodones que nos hacen creer que es.

Yo estoy intentando poner mi granito de arena para cambiar esto y estoy formando un grupo de crianza y formandome como asesora de lactancia. A ver si de una vez se empieza a contar las cosas como son.,

La chica de las flores. dijo...

Hola mamacanguro!!

Qué bien lo has explicado... parece que tener un bebé sea tabú. Y el modo de quererlo y educarlo también... hasta que el niño crece y empiezan a decirte qué tienes que hacer y como... antes de ésto tanto la madre como el bebé han sido invisibles...

Buff, lo mejor no hacer caso y como tú dices, rodearte de tus iguales...

Besicos!!

Fernanda Gómez dijo...

Chicas, muchas gracais por sumarse al Blog y dejar su comentario, la nota es de Monca de Grupo Maternal y con su permiso lo subí a mi Blog. Estoy preparando algo de la misma temática, cando lo tenga les cento para que puedan leerlo.
Cada na de nosotras ponemos nuestro granto de Arena...así debe ser, y tambien contagiar a otras mamás- BESOS! y gracas por escribirme