La lactancia se escapa del sistema mercantilista, puesto que la leche materna es gratuita (excepto cuando se recoge en bancos de leche) y que, salvo alguna excepción, no requiere de ningún dispositivo para su producción ni su uso. Independiza por lo tanto a la mujer de este comercio.
También le ofrece una confianza extraordinaria en sus capacidades, un sentimiento de fuerza, de poder, de competencia, de plenitud. Sabe, en efecto, que ha podido criar y alimentar a su hijo o hija con algo producido por su propio cuerpo. No ha tenido que remitirse a un producto industrial, ni ha tenido que seguir las directrices de un “experto” en cuanto a las cantidades que administrar, los horarios que respetar, etc.
Ella es la experta en lo relativo a la nutrición y al bienestar de su hijo o hija.
No olvidemos el placer experimentado por las mujeres al amamantar a sus hijos e hijas. Se habla poco de ello, como si fuera sospechoso (“le gusta amamantar”); sin embargo se describe en numerosos textos. Como Annie Leclerc, que escibía en Parole de femme: “Es el cuerpo el que es feliz cuando la leche sube a los pechos como savia viva, es el cuerpo el que es feliz cuando el bebé se amamanta.”
Un autor como el canadiense Joël Martine se reconcilia con la “radicalidad politico-psicoanalítica” de los años 1970, insistiendo no solo en la importancia sanitaria de la lactancia, sino también en su “importancia socio-económica”, las “profundidades carnales y fantasmagóricas de la vivencia femenina”, la calidad del “diálogo carnal pre-verbal” de la mujer con su bebé, la importancia que tiene para el movimiento feminista intervenir en el ámbito de la concepción y la crianza, y tomar así un papel ejemplar en la puesta en marcha de una ética de la solidaridad y de la emancipación.
Para Penny Van Esterik, feminista estadounidense y activista de la lactancia, los grupos feministas deberían integrar la lactancia en sus luchas por varias razones:
- la lactancia supone cambios sociales estructurales que no pueden más que mejorar la condición de las mujeres;
- la lactancia afirma el poder de control de la mujer sobre su propio cuerpo y cuestiona el poder médico;
- la lactancia cuestiona el modelo dominante de la mujer como consumidora;
- la lactancia se opone a la visión del pecho como un objeto sexual ante todo;
- la lactancia exige una nueva definición del trabajo de la mujer, que tome en cuenta de forma más realista a la vez sus actividades productivas y sus actividades reproductivas;
- la lactancia fomenta la solidaridad y la cooperación entre mujeres, tanto en el hogar, en el barrio, a nivel nacional como internacional.
Fuente: ecopolitica
1 comentario:
Ojalá y lo consiga,espero que sí!
La lactancia es mucho y lo da todo!! es tan grande el milagro que nos han dado que no me cabe en la cabeza como casi se deja de aprovechar !parece que vamos poquito a poco en buen camino,no crees??
te leo cuando puedo,pero sobre todo me gusta tu dulce música.
Un abrazo!
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