Comparto estas hermosas palabras de un médico neonatólogo.Dice: "No será tarea fácil deconstruir el paradigma de parto intervenido que nuestra sociedad ha construido.(...) Nuestras experiencias vitales personales marcaran nuestra propia percepción de lo que es en esencia un parto. Por ello, es preciso transmitir a los profesionales sanitarios experiencias de partos no intervenidos en que la vida fluye aunque solo nos limitemos a observar y acompañar a los verdaderos protagonistas del parto: la madre y el bebé"
Creo que estamos en un cambio de paradigma, no será fácil pero cada uno desde su rol realiza pequeños cambios, pero principalmente en uno mismo, en su manera de ser, de estar y en su profesión. Nuestras experiencias son muy importantes y sobre todo, lo que aprendemos de ellas. Nos da la posibilidad de mejorar, darle otro sentido a las vivencias a lo largo de los años. Qué nos están enseñando los partos/nacimientos poco (no) intervenidos? Qué podemos aprender de ellos?
En principio compartir estas vivencias, experiencias y alentar a otras mujeres a que encuentren su camino, aquello que desean; escuchar Relatos de Partos dónde las mujeres fueron y se SIENTIERON protagonistas.
Mucho por hacer...mucho por No hacer también, mucho por escuchar, por aprender...sobre todo, de nuestro propio cuerpo y de este sagrado momento...el PARTO y el NACIMIENTO HUMANO.
CUANDO UN BEBÉ NACE EN UN ENTORNO RESPETUOSO
Semana Mundial por un Parto Respetado 2013
Por Josep Escolà Escribà
Los
niños saben que es bueno que un bebé sonría. Mi hija está convencida
que cada vez que sonríe un bebé por primera vez, nace un hada.
Tras
el nacimiento, un bebé sano muestra signos de confort y bienestar a
través de su mirada, del color de su piel, del tono muscular y postura,
de su expresión facial y de sus primeros sonidos.
Un
bebé que nace en una atmósfera respetuosa, mostrará una rápida
adaptación al medio extrauterino, siendo capaz de autorregularse si
encuentra el confort necesario tras el parto. El contacto con su madre
en una postura recogida es el mejor hábitat para su transición al medio
terrestre.
Allí
recibe todo lo que necesita: contacto, calor, calostro y las primeras
interacciones con sus progenitores, la creación del vínculo para toda la
vida.
Los
profesionales sanitarios hemos llegado a creer que es normal y bueno
que los bebés sanos nazcan con signos de estrés. El llanto enérgico y la
rigidez de tronco y extremidades se consideran signos de vitalidad
cuando en realidad son signos evidentes de estrés. Además, a menudo se
valora dicha “vitalidad” en un medio hostil como es una incubadora o una
cuna.
A
menudo, la práctica clínica muestra unas rutinas que se alejan del
respeto que merecen las personas implicadas en un parto. Es posible que
estas prácticas sean reactivas a un miedo infundado o pánico social ante
una realidad tan vital como es un parto. Con la excusa de reducir
riesgos y peligros para la madre y el bebé, hemos creado prejuicios
difíciles de borrar de nuestras mentes. No será tarea fácil deconstruir
el paradigma de parto intervenido que nuestra sociedad ha construido.
Nuestras
experiencias vitales personales marcaran nuestra propia percepción de
lo que es en esencia un parto. Por ello, es preciso transmitir a los
profesionales sanitarios experiencias de partos no intervenidos en que
la vida fluye aunque solo nos limitemos a observar y acompañar a los
verdaderos protagonistas del parto: la madre y el bebé.
Creer
en el parto respetuoso requiere unas convicciones que solo pueden
arraigar cuando los profesionales se forman con experiencias y
realidades auténticas de respeto a la vida.
Cuando
un bebé nace en un entorno respetuoso, su piel es sonrosada, su
expresión facial de confort, sus gestos armoniosos y pausados y
desprende un olor agradable que enamora a todos los que le rodean. Hacer
una pausa en ese momento y admirar la belleza de la vida permite que se
cree y afiance un vínculo que permanecerá para siempre. Es el milagro
de la vida.
Si
queremos una sociedad mas justa y humanizada deberíamos empezar por
observar, dejarnos sorprender y permitir que el milagro de la vida
ocurra.
DATOS: Josep Escolà Escribà. Pediatra especialidad en neonatología. Experto en lactáncia materna. Padre de dos niñas. Este texto es tomado de su Blog (ver fuente) con su expresa autorización. Pueden ingresar al blog y dejar comentarios si lo desean.
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